domingo, 31 de octubre de 2010

El legislador municipal del PIP y su agenda

Por Andrés Rodríguez Rivera, legislador municipal de Guaynabo
Muchas personas les adscriben poca importancia a los legisladores municipales. A veces por ignorancia de cuáles son sus  funciones y responsabilidades, otras, porque consideran que no tienen poder real alguno para cambiar las decisiones que toma la administración municipal de turno. Sin embargo, el legislador municipal del PIP cobra una gran importancia, especialmente en la coyuntura histórica del Puerto Rico actual.
Todo legislador municipal tiene acceso a mucha información sobre lo que hace o se propone hacer la administración municipal que afecta directamente a los ciudadanos de su pueblo o ciudad. Esto les permite organizar a los ciudadanos afectados adversamente por alguna legislación antes y después de que sea presentada o aprobada. Además, puede presentar resoluciones y ordenanzas que,  trabajadas adecuadamente, podrían contar con la aprobación de sus pares en la legislatura.
Guaynabo tiene una larga y honrosa tradición de legisladores municipales pipiolos de excelencia. Ese dato de por sí, me impone una carga y responsabilidad adicional para continuar honrando esa tradición y merecer el honor de representar bien a mis constituyentes y a mi partido. El legislador pipiolo no es ni de minoría ni de oposición. No es de minoría porque representa a la clase que no tiene la oportunidad de ser oída ni consultada, y esa clase es la mayoría. No es de oposición, porque defenderá y apoyará toda medida que redunde en el bienestar del pueblo, no importa quien la presente.
En los 10 meses que llevo como legislador municipal he presentado más de 10 resoluciones  u ordenanzas, entre éstas, las que el Partido ha solicitado que sean presentadas. Pero además, logré  que se aprobara una resolución para identificar y crear bosques urbanos en nuestro municipio. Logré también que se diera paso a una resolución para establecer una escuela de ajedrez  para niños y personas de mayor edad, que permita a los primeros desarrollar su capacidad intelectual y, a los segundos, contar con un pasatiempo que pudiera contribuir a que retrasen o eliminen la posibilidad de contraer la enfermedad del Alzheimer.  Realizo visitas a gente de mi comunidad para conocer sobre sus preocupaciones y necesidades, en las que una acción de la legislatura municipal pueda ser útil.
Debemos tener siempre presente que, en este momento histórico, nuestros legisladores municipales son  la única voz  electa por el pueblo que tiene nuestro partido y, por tanto, es nuestra responsabilidad y deber ineludible que esa voz sea clara, contundente y justiciera.
Exhorto a mis compañeros legisladores municipales del PIP a escoger sabiamente las batallas que deban ser dadas y, cuando lo hagamos, a poner todo nuestro empeño y compromiso patriótico en cada una de ellas.
¡Hasta la victoria siempre, compañeros!         


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